Un amigo fiel es refugio seguro en momentos de angustia, tristeza, desesperación y crisis. No tiene precio un amigo así, ninguna cantidad de dinero podrá comprar una amistad verdadera. Realmente es muy valiosa y como tal debemos valorarla y apreciarla. Una amistad fiel es un remedio, nos alivia de nuestro pesar, pena y dolor. ¿Cuántas veces nos sentíamos mal o enfermos pero la llamada de un amigo nos hizo sentir mejor? Pues bien, la amistad es nuestro remedio. El que teme al Señor encontrará al amigo verdadero. Y aquí no quiere decir el que le tenga miedo al Señor, sino el que lo busca, el que lo obedece, el que lo ama y lo sigue. Esa persona encontrará al amigo fiel, al amigo verdadero que le permitirá seguir acercándose cada vez más a Dios. Y juntos serán bendición para sus vidas.
Es bueno recibir consejos de nuestros amigos, pero también es importante reflexionar nosotros mismos si ese consejo se puede aplicar en nuestra vida o no. Porque puede ser que nuestro amigo/a nos recomiende hacer o decir algo que en su caso funcionó bien pero quizás en nuestro caso no sea el adecuado en ese momento. No todo conviene a todos… Valoremos los consejos de nuestros amigos, escuchémoslos con amor, y luego en oración junto a Dios decidamos lo que sería bueno en nuestro caso particular.
Hoy quisiera invitarlos a agradecer a Dios por los amigos que hay en tu vida. Y disfrutar el hecho de poder contar con ellos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario